Vivimos en una sociedad en la que las imágenes entran por la retina constantemente. Minuto a minuto recibimos in-puts de marcas en crecimiento o desarrollo, así como de firmas que llevan rodeándonos desde hace años. Para bien, o para mal, hemos pasado de un mercado copado por cierto número minimalista de empresas, a una gran oferta, y ello en ocasiones satura al consumidor. Dentro de esta vorágine de mercado, el hecho de no cambiar visualmente, en ocasiones genera que nuestra empresa quede aletargada en la mente de quien compra, pudiendo suceder, cual prenda de vestir de otras temporadas: quedar abandonada en el armario de nuestros recuerdos. Ello genera que se viva un descenso notorio de las compras.
En los tiempos que corren, ser una entidad estanca, anclada en el pasado, y cuya imagen no evoluciona, puede suponer para ciertos estilos y compradores, un tipo de producto poco atractivo. Si bien, la imagen corporativa, es parte del iceberg que muestra el aspecto exterior de la empresa, es también una manera de acercar su estilo y filosofía.
Aunque ciertos productos asociados a un target clásico o de una media de edad alta, se obligan a no alterar de manera estrepitosa su imagen, otras firmas, viendo los cambios que vivimos en el mundo actual, han optado por un restylig dentro de un plan de marketing intenso. Hablamos, por ejemplo, de firmas como Zara (dentro del grupo empresarial Inditex), del proceso abierto por la compañía aérea Iberia, o del cambio de filosofía que está viviendo El Corte Inglés.
En los tres casos, la búsqueda de un rebranding y una identidad visual alternativa a la que se ha tenido hasta el momento, desea generar una reactivación económica incrementando ventas. Si bien hemos de tener en cuenta que el proceso, además de costoso y lento, ha de calar en la población y en sus consumidores.
Inditex optó por un cambio en Zara, el cual ha afectado a la parte visual de sus establecimientos y se irá implantando progresivamente. La novedad fue presentada recientemente en Nueva York, acercando a los medios su nuevo formato de tienda, con un nuevo concepto arquitectónico y de diseño interior. Se trata de un modelo de tienda minimalista, con diferentes espacios separados por biombos traslúcidos, predominio absoluto del blanco con algunos toques de gris y juegos de luces directas e indirectas a modo de decoración. Apenas hay baldas para la mercancía doblada, sino que esta se expone colgada aprovechando las paredes y biombos y en algunas mesas centrales. Las maderas del mobiliario se han terminado en texturas que recuerdan al lino o la seda, en colores neutros. La tienda completa su decoración con grandes pantallas de televisión gigante, una especie de videowalls, que dan el toque tecnológico al establecimiento. Vivimos una nueva manera de acercar su producto al consumidor y actualizarse, a fin de diferenciarse de su competencia más cercana en la moda.
Iberia, como compañía aérea española, ha presentado recientemente su nueva imagen corporativa, con la que desea alejarse de la idea de marca obsoleta, cara, y que no es atractiva para un público en auge (“millennials”) o más joven, que opta en muchas opciones por alternativas low cost. Este cambio, que podemos ver en el vídeo generado para explicarnos el proceso que vive la aerolínea, desea acercarnos una “nueva experiencia” a partir de un restyling que afecta a todos sus servicios en tierra y en el aire. A partir de una nueva imagen más minimalista, que opta especialmente por prescindir de la corona real (y que ha generado controversia) mantiene los colores de la bandera española (Pantone 186 y 123) y rejuvenece toda la imagen con una nueva tipografía y un nuevo símbolo. Y es que… después de 36 años, ¡una mano de pintura le hace falta a cualquier marca!.
Según indica la propia compañía “La renovación de la marca ratifica la apuesta de futuro por una nueva Iberia, moderna, rentable, atractiva para el cliente, de la que sus empleados se sientan orgullosos”. En su web, podemos ver más detalles. Esta renovación, ha de ser una vía que permita captar nuevos usuarios de sus servicios, y rescatar la atención de aquellos que han descartado la aerolínea por diversos motivos.
El Corte Inglés, uno de los grandes conglomerados empresariales españoles, lleva desde hace varios años intentando dar un giro a su estructura. Su filosofía de venta quedó desfasada, y el público potencial que compra en estos momentos, se rige por otros patrones. Ello ha hecho que la compañía lance este otoño un nuevo claim: “Estrena lo Nuevo. Estrena nuevos precios”, apartándose de la manida frase “si no queda satisfecho, le devolvemos su dinero”, que ha identificado a la empresa durante años. Resaltar además el cambio de colores, al potenciar el uso de un logotipo secundario, basado en negros y grises, que cobra vida y se proclama como primario, tanto en comunicación como en la web (relegando parcialmente el color verde y dorado básico hasta el momento en su comunicación)..
Tres empresas, tres estilos y tres sectores diferentes, si bien vinculados entre si: grandes marcas con solera y tradición en el mercado, que han precisado actualizar su estilo y presencia, a fin de querer impactar de nuevo en la sociedad y en los usuarios de sus servicios, en una época de crisis. Fue el filósofo y escritor español Unamuno quien selló la frase de que “el progreso consiste en renovarse”; luego el pueblo hizo suyo el refrán de “renovarse o morir”. Ahora, en el caos y aletargamiento de consumo que vivimos, varias son las empresas de todo el mundo, que desean virar su futuro, para lo cual cambio externo muchas veces es vital, si bien, los resultados, sean cuales sean, los tardaremos a ver un tiempo.
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