Acabamos de vivir una situación muy poco habitual en la sociedad del siglo XXI, que nos remonta más al pasado medieval que al futuro digitalizado. París ha perdido parte de una de sus joyas artísticas, su catedral, considerada por la «Unesco» el más bello ejemplo de la arquitectura gótica francesa, con un uso innovador de la bóveda de crucería, de los contrafuertes, de los rosetones de vidrio policromados y de la decoración escultórica. Estamos ante una obra de gran referencia, cuya construcción comenzó en 1160 y continuó durante un siglo.
Ahora, tras el triste accidente y mientras los expertos están analizando la situación de la obra, sus desperfectos, consecuencias, así como sus consecuencias, ya hace unas horas la implicación parte de las grandes fortunas francesas y mundiales se ha notado, además de la colaboración de muchos países.
El marketing cultural y sponsoring así como mecenazgo en ese sentido se hace presente. Tras el incendio han sido muchas las instituciones y empresas que rápidamente han anunciado que contribuirán con donaciones a la reconstrucción de la catedral. En menos de 24 horas, instituciones de todo el mundo y sobre todo grandes magnates franceses se han ido implicando y comprometido a donar. Así lo podemos ver en redes sociales o a través de medios de comunicación de referencia como la Agencia EFE.
En un comunicado, pudimos leer tras la catástrofe como la familia de Bernard Arnault, la mayor fortuna de Francia y propietaria del grupo del lujo “Louis Vuitton Moët Hennessy” (LVMH), que realizará «una donación de 200 millones de euros al fondo dedicado a la reconstrucción de esta obra arquitectónica, que forma parte de la Historia de Francia». El anuncio de los Arnault respondía así al de la familia de François-Henri Pinault, otro de los grandes bolsillos de Francia, que cuando el incendio todavía no había sido sofocado, se comprometió a aportar 100 millones a través de su sociedad de inversiones Artemis.
Los hermanos Bouyges, dueños de la multinacional de telecomunicaciones, servicios y construcción, aportarán 10 millones de su fortuna personal.
La familia Pinault adelantó este miércoles su intención de renunciar a cualquier ventaja fiscal por su donación.
Progresivamente, y tras esta acción que se viralizó en redes sociales, e impactó seguramente su imagen de marca de manera muy positiva, por como fue recibida por sus embajadores de marca y fieles fans, tanto franceses como de otros puntos de planeta, otras entidades siguieron el camino.
Tim Cook, CEO de “Apple”, confirmó a través de un mensaje en Twitter que donará fondos y apoyará la reconstrucción de Notre Dame. «Estamos desconsolados por los franceses y por el resto del mundo para quienes Notre Dame es un símbolo de esperanza. Aliviado de que todos estén a salvo. Apple donará para ayudar a restaurar la valiosa herencia de Notre Dame para las generaciones futuras», escribió Cook.
A continuación un listado de las empresas, instituciones y autoridades privadas involucradas, hasta el momento, que colaborarán con el proyecto de reconstrucción:
LVMH: 200 millones de euros
Kering: 100 millones de euros.
L’oreal: 200 millones de euros.
FIMALAC: 10 millones de euros.
Bouygues Telecom: 10 millones de euros.
JCDecaux: 20 millones de euros.
Société Générale: 10 millones de euros.
Capgemini: 1 millón de euros.
Casino
VINCI
Apple
Ciudad de París: 50 millones de euros.
Banco Central Europeo: 9 millones de euros.
Haciendo la suma total, y juntando las donaciones previamente confirmadas por magnates, hasta el momento se han recaudado más de 700 millones de euros. A pesar de que las llamas causaron un gran daño a la parte superior de Notre Dame, las autoridades afirman que la estructura principal de la catedral se encuentra a salvo.
Las grandes donaciones para reconstruir Notre Dame no tendrán beneficios fiscales especiales.Según anunció el primer ministro, Édouard Philippe, toda donación de hasta 1.000 euros podrá beneficiarse de una deducción fiscal excepcional de 75%. A partir de esa cifra, por muy millonaria que sea la contribución, la rebaja fiscal será de 66% para las personas particulares, tal como se viene haciendo hasta ahora.
El ministro de Cultura, Franck Riester, baraja declarar Notre-Dame como “Tesoro nacional”, lo que garantizaría reducciones de impuestos de más del 60 % para empresas y particulares. Es un aspecto que es muy tenido en cuenta en las donaciones e implicaciones por parte de firmas privadas.
Pero a fecha de hoy, aún esto no es seguro, ya que esa calificación se reserva normalmente para las obras que corren riesgo de salir del territorio francés. A primera vista, ese no parece el caso de la catedral parisina.
Con el fin de ordenar la previsible avalancha de contribuciones, la actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, propuso convocar una «conferencia internacional de donantes», que se celebraría en el Ayuntamiento. También se comprometió a que la institución que dirige contribuya con unos 50 millones de euros para los trabajos. Por su lado, la presidenta de la región parisina, Valérie Pécresse, anunció asimismo una donación de 10 millones de euros.
Según anunció el primer ministro, Édouard Philippe, toda donación de hasta 1.000 euros podrá beneficiarse de una deducción fiscal excepcional de 75%. A partir de esa cifra, por muy millonaria que sea la contribución, la rebaja fiscal será de 66% para las personas particulares, tal como se viene haciendo hasta ahora. En el caso de las empresas, agregó el jefe de Gobierno, “se beneficiarán de una reducción de impuestos, el denominado mecenazgo, en las condiciones actuales”. En la misma comparecencia, Philippe también lanzó un «concurso internacional de arquitectura para la reconstrucción de la aguja» de Notre Dame, destruida por el incendio.
Es sorprendente la implicación por parte de la sociedad, tanto francesa como de otros países, puesto que, a todo lo anterior, todo ello habrá que sumarle las cantidades que los ciudadanos deseen aportar de su propio bolsillo tras el llamamiento de Macron a una colecta nacional, la Fundación del Patrimonio aseguró el martes a media tarde haber recaudado unos 14 millones de euros.
La “French Heritage Society”, con sede en Nueva York, inició el proceso de recolecta incluso antes de que las llamas fuesen extinguidas por los bomberos franceses. La organización, que fue fundada en 1982, entregó dos donaciones el año pasado por más de 430.000 dólares para proyectos de restauración de la Biblioteca Nacional de Francia.
Creada en 1996, la “Fondation du patrimoine” es una organización privada, independiente y sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública en 1997, cuya misión es salvaguardar y promover el patrimonio francés. Este espacio ha habilitado una web para «microdonaciones» de 50, 100, 200 o 500 euros, incluyendo la posibilidad de introducir una cantidad libre. A continuación, se solicita un email, la abreviatura de tratamiento, nombres y apellidos (esta donación es deducible en el país galo).
Numerosas firmas añaden a la colaboración económica, otras vías de colaboración. De hecho, el grupo “Louis Vuitton Moët Hennessy” (LVMH) a sus 200 millones de €, anunció que pondrá a disposición de las autoridades todos sus equipos «creativos, arquitectónicos, financieros para ayudar al largo trabajo de reconstrucción de una parte, y de la colecta de fondos de la otra, que se anuncia”.
Por su parte, “Air France-KLM” ha ofrecido transporte gratuito a quienes participen en las obras de Notre Dame y la empresa de venta minorista “Casino” ha indicado que sus tiendas «Franprix» y «Monoprix» redondearán al alza sus precios para destinar el exceso a las obras de Notre Dame. Además, la Fábrica de la Moneda de París reeditará una moneda conmemorativa de Notre Dame, recuperando un diseño de 2013 que refleja la estampa de la catedral por una cara y el principal rosetón por la otra.
Otras iniciativas de microfinanciación han surgido en internet, y organismos como la “Liga de Fútbol Profesional” o firmas vinculadas al ciclismo ya han dicho que no permanecerán al margen del esfuerzo colectivo.
Lo que una empresa puede conseguir mediante acciones de patrocinio y mecenazgo es, básicamente: aumentar su notoriedad y mejorar la imagen de la organización, crear un clima de confianza con su entorno tanto interno como externo, afirmar su creatividad y demostrar su dinamismo, devolver a la sociedad parte de sus beneficios, confirmar su éxito, asociar el nombre de la empresa con valores sociales y culturales, diferenciarse de la competencia, diversificar sus acciones de marketing y de comunicación en general, mejorar las relaciones con la administración y otros grupos con poder, y, por último, ventaja fiscales para la empresa.
Mecenzago de la cultura a través de diversas entidades es una vía de desarrollo y de activación de imagen de marca que es importante para las empresas en cualquier momento, y que debe estar previsto en los presupuestos de marketing y comunicación de todas las entidades.
Tal como indicó Carlos Güell de Sentivienant, que fue en 1195 Presidente de «AEDME” (Asociación Española para el Desarrollo del Mecenazgo Empresarial), «El mecenazgo es ideal para que cada empresa reflexiones sobre su identidad», una gran reflexión a tener en cuenta en el diseño del plan de marketing corporativo.
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