Barcelona es una ciudad que en los últimos casi 20 años, ha vivido un gran desarrollo social, turístico y económico, muy vinculado a la imagen de marca que se ha ido creando tras el cambio gestado en la década de los noventa, y especialmente en el año 92, cuando se relanzó globalmente la Ciudad Condal, aprovechando que fue sede de los Juegos Olímpicos y otras actividades culturales y sociales que acogió España en el mismo año.
Si bien en la última década ya lo había sido, de manera más acentuada, a lo largo de estos últimos años, la capital catalana, se ha convertido en eje de atracción para nuevos artistas, estudiantes universitarios, personas con novedosas inquitudes culturales, así como profesionales impactados por el estilo de vida, tendencias en la moda urbana y el background cultural.
Estamos pues, ante una ciudad cosmopolita que ha ido forjando una imagen de marca de modernidad, evolución, mezcla de culturas que conviven y aprenden unas de otras. A ello sumar los poderosos cambios de imagen urbana por el reaprovechamiento y relanzamiento de espacios abandonados, que la ciudad Condal lleva desarrollando. Sirvan de ejemplo acciones como el Forum de las Culturas en el 2004; planes de impulso y dinamización a antiguas fábricas recuperados, como la antigua fábrica de cerveza Moritz reconvertida en restaurante; relanzamiento de grandes espacios verdes urbanos, o la reconversión de recintos arquitectónico-sanitarios como el hospital de Sant Pau en un centro cultural-museístico y espacio para eventos corporativos.
En muchos sentidos la celebración de los Juegos Olímpicos en 1992 significó el inicio de una nueva era para Barcelona. También en el campo de la arquitectura. En los años anteriores a los Juegos Olímpicos, Barcelona entró en un proceso de construcción, que en realidad, todavía continúa. Antiguas zonas industriales se rehabilitaron, parques nuevos se diseñaron y un total de más de 300 nuevos edificios fueron planeados por alrededor de 150 arquitectos.
Todo ello ha generado, y genera un gran número de visitantes a la ciudad, que llegan de manera constante por tierra, mar y aire. No olvidemos que Barcelona amplió su aeropuerto internacional en el 2009, abrió nuevas dársenas en su puerto que recibe varios centenares de cruceros al año, y está interconectada con trenes de alta velocidad a varias ciudades de España y de Europa.
No obstante, este gran desarrollo está causando estragos negativos en la ciudad: deterioro de zonas, mala imagen de algunos barrios por saturación de negocios mal gestionados, pérdida de calidad de la infraestructura de servicios… Detalles que las redes sociales y los medios de comunicación están mostrando desde hace unas semanas de manera acentuada, y que pueden ocasionar una grave pérdida de turistas, descenso de negocio, así como una mala imagen tras las altas inversiones realizadas.
Es aquí donde se precisa el desarrollo y puesta en marcha de un correcto Plan de Marketing Turístico, una buena planificación de comunicación externa e interna, y una concienciación de uso correcto de las infraestructuras que ha de implicar a visitantes, residentes, empresarios y mediadores del sector. Ello precisa además relanzar las excelentes opciones que ofrece una ciudad como Barcelona en arte, cultura, ocio deportivo, moda y shopping de alta calidad, son algunos de los recursos a fomentar: mostrar el amplio abanico de posibilidades que existen además del básico turismo de sol y playa o el no deseado turismo de ocio de bajo coste.
Luchar contra un turismo”low cost” y de baja calidad, como es el “turismo de borrachera” que genera actos incívicos, aleja a la vez que espanta a otros turistas motivados por los muchos valores de la ciudad Condal, es primordial. Ello ha sido detectado por el Ayuntamiento de Barcelona y generará en unas semanas un Plan de choque, que busca actuar ante esta situación de crisis. Gestionar una correcta comunicación, hacer ver las diferentes y variadas alternativas de espacios que ofrece la ciudad, así como acercarse a otro tipo de turista es primordial para el Consistorio y el ejecutivo del área de “Turisme de Barcelona” y en general de Cataluña.
Marketing y Comunicación han de ir muy de la mano en estos momentos, si se desea recuperar los índices deseados, y el tipo de consumidor y viajero que aporta a la ciudad, sin destruir sus recursos. La rapidez y buena planificación son fundamentales para conseguir los primeros resultados en breve, pero siempre positivos. Ha de ser un plan consensuado y analizado, no un parche temporal que aleje al turista indeseado solo por un tiempo, pero que le permita regresar más adelante.
El Plan Estratégico desarrollado ha de valorar que a Barcelona vienen visitantes de perfil muy plural, diversificados en cuanto a origen y motivación. Pero ha de tener en cuenta que el mercado turístico debe permitir convivir de manera correcta y constante, a turistas temporales y residentes habituales de la zona.
Barcelona es una ciudad turística competitiva, y muy a menudo es comparada a destinos turísticos largamente consolidados como París, Roma, Madrid y Londres. De la importancia de una correcta gestión presente, dependerá el legado futuro, y que la Ciudad Condal siga siendo un destino atractivo para todos.
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