Por parte de los responsables de protocolo y comunicación estos últimos días han sido muy importantes e intensos, dada la alta actividad en el Vaticano, con el fallecimiento del Papa Francisco, el último Cónclave, así como la primera Misa de entronización del nuevo Papa León XIV, celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano.
En esta última ceremonia, se ha podido ver como Doña Letizia lució impecable, con mantilla blanca y un vestido, ambas piezas de firmas españolas, para asistir a dicha misa de inicio del pontificado del Papa León XIV. Este privilegio lo tienen únicamente 7 mujeres en este mundo, y se conoce en protocolo, como “priviledge du blanc”. Algo que, teniendo en cuenta el rígido protocolo vaticano, chocó a vistas de los asistentes ajenos a su conocimiento, y seguidores de la misma por canales digitales y medios de comunicación, en la última ceremonia, puesto que solamente ellas, como consortes del rey, pueden vestir de blanco en una audiencia con el Papa; siendo obligatorio para las demás mujeres el vestir de negro, como se podría apreciar en las imágenes que dieron la vuelta al Mundo ese día. Es que hay reglas que separan a unas pocas del resto.
Indicar que el protocolo formal vaticano para las audiencias papales exigía que las mujeres utilizaran un vestido negro sin ningún escote, mangas que cubran los brazos, falda por debajo de la rodilla y una mantilla negra. Para los varones se exigía frac con chaleco y pajarita de piqué blancos. Desde los años 80 los códigos de la etiqueta vaticana se han vuelto opcionales. Ello ya hizo que diversos invitados, diplomáticos y jefes de Estado optaran en algunas ceremonias más recientes por vestir trajes de corbata, como fue en su asistencia a la misa de inauguración de Benedicto XVI en el año 2005, por ejemplo. No obstante el rígido protocolo del Vaticano exige vestir negro casi siempre.
Revisando las imágenes de la ceremonia del nuevo Papa, siguiendo indicaciones del protocolo, que la reina Letizia ha cumplido a la perfección, se apuntaba la presencia de joyas «sofisticadas» y se ha decantado por unos pendientes de perlas australianas. Se trata de una de las opciones de su joyero que son más versátiles y que llaman la atención por la gran perla con eslabones, que pueden ser retirados. Por su parte, el rey Felipe ha lucido el traje de gala militar.

Como dato histórico, referir que solo dos mujeres a lo largo de la historia se han saltado el mencionado protocolo en su visita a la Santa Sede sin ser católicas ni reinas. Hablamos de Shiranthi Tajapaska, mujer del presidente de Sri Lanka, y Cherie Blair, en el año 2006.
Más datos del «Privilegio del blanco»
Desde 1923, el Vaticano concede un Privilegio del blanco (como su propio nombre indica) a las casas reales que fueron fieles a la Iglesia católica, mientras que otros países y estados se unieron al protestantismo. Solo algunas mujeres en todo el mundo, entre las que se incluyen a la Reina Letizia y a doña Sofía (que además son las dos únicas que pueden lucir mantilla en su look), tienen este beneficio.

Actualmente, pueden vestir de blanco:
- Reina Sofía de España (desde la proclamación de su esposo, Juan Carlos I de España, en 1975).
- Reina Paola de Bélgica (desde la proclamación de su esposo, Alberto II de Bélgica, en 1993).
- Gran duquesa María Teresa de Luxemburgo (desde el acceso al trono de su esposo, Enrique de Luxemburgo, en 2000).
- Princesa Charlene de Mónaco (desde su boda en 2011 con Alberto II de Mónaco).
- Reina Matilde de Bélgica (desde la proclamación de su esposo, Felipe de Bélgica, en 2013).
- Reina Letizia de España (desde la proclamación de su esposo, Felipe VI de España, en 2014).
- Las reinas de España son las únicas que lo pueden combinar con una peineta.
Tienen el “privilegio de blanco” las reinas o consortes de cuatro monarquías católicas:
- Bélgica (las reinas Paola y Matilde)
- España (la reina emérita Sofía y la reina Letizia)
- Luxemburgo (la gran duquesa María Teresa)
- Mónaco (la princesa Charlene)
No tienen este privilegio otras monarquías católicas (como las de Liechtenstein o Lesoto) ni las monarquías anglicanas o luteranas (Reino Unido, Países Bajos, Noruega, Suecia o Dinamarca). Curiosamente, Máxima, la reina consorte de los Países Bajos, aunque no renunció al catolicismo al contraer matrimonio, tampoco tiene el «privilegio de blanco».
También puede hacer uso de este derecho la princesa de Nápoles como viuda del pretendiente al trono de Italia y princesa de Saboya, y su nuera, la princesa de Venecia y Piamonte, como hicieron uso de este privilegio otras princesas de Italia.
Como indicaban los especialistas de la revista «Vogue» en su última edición, recordar que mientras el color negro impone respeto y recogimiento, el blanco (en este contexto) es mucho más que un color: es un gesto diplomático, y un símbolo de fidelidad religiosa que, en esta misa de entronación del nuevo Papa, volvió a resonar en el Vaticano.
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