Se abre un nuevo Cónclave. Este es el nuevo protocolo tras el fallecimiento del Santo Padre Francisco

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Hoy ha sido comunicado el triste fallecimiento del Papa Francisco, y eso supone la apertura de un proceso de protocolo especial determinado por la Iglesia. Tal como se ha indicado a los medios, el Santo Padre falleció a las 7.35 horas en su residencia de la Casa Santa Marta por problemas derivados de la neumonía que le mantuvo hospitalizado durante varias semanas.

Ante esta situación, comienza una etapa cuyos rituales están detallados en el “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, un libro litúrgico modificado por el Papa Francisco el 29 de abril de 2024 y que tiene un protocolo especial muy determinado.

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, se activa un riguroso protocolo que incluye la certificación de su muerte, el velatorio, el funeral y la preparación para la elección de su sucesor. Estos rituales están detallados en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, un libro litúrgico modificado por el Papa Francisco el 29 de abril de 2024 y publicado por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Pontífice. Las modificaciones realizadas »simplifican y adaptan» las disposiciones establecidas en la Constitución Apostólica promulgada por Juan Pablo II en 1996 y actualizada por Benedicto XVI en 2013.

Indicar que el rito comenzará con la frase Vere Papa mortuus est (»el papa está realmente muerto»). Esta declaración será realizada por el camarlengo, cargo que actualmente ocupa Kevin Farrell, quien se encargará de todos los preparativos del funeral. Según el protocolo, Farrell deberá pronunciar estas palabras después de llamar tres veces al Pontífice por su nombre de bautismo, Jorge Mario Bergoglio, sin obtener respuesta. En la actualidad, además de esta fórmula tradicional, un médico confirmará el fallecimiento mediante los controles pertinentes.

El antiguo ritual incluye tres golpes suaves en la cabeza del papa fallecido con un martillo de plata mientras el camarlengo repite su nombre, según detalla la Enciclopedia Británica. Sin embargo, una de las principales modificaciones introducidas por Francisco es que la verificación de la muerte ya no se realizará en la habitación del difunto, sino en su capilla privada. Asimismo, el cuerpo será colocado inmediatamente en un ataúd de madera con interior de zinc.

El documento prohíbe tomar fotografías o grabar videos del papa en su lecho de muerte. Cualquier imagen posterior al fallecimiento deberá contar con el permiso del camarlengo, quien solo lo autorizará si el cuerpo aparece con los ornamentos pontificios. Aunque el papado es vitalicio, el cargo puede finalizar en vida en casos excepcionales, como ocurrió con las renuncias de Gregorio XII en 1415 y Benedicto XVI en 2013.

En todos los pasos que se dan tras el fallecimiento de un Santo Padre, el protocolo marca el sellado de las estancias papales para evitar el robo de documentos o cualquier posible acción, así como la destrucción del anillo papal, el anillo del Pescador, acto que marca el fin de un pontificado. En este caso, el Papa Francisco, curiosamente, y en su línea con la sencillez, ya en su momento optó por un anillo papal que fue desestimado por un anterior Papa.  Si nos remontamos al pasado, cuando el 19 de marzo de 2013 el entonces Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, le puso el anillo papal al cardenal Bergoglio, elevándolo así al solio pontificio como Papa Francisco, tras la renuncia de Benedicto XVI, no lo hizo utilizando un anillo de oro, sino de plata. La razón es que el Papa Francisco quiso mostrar la austeridad de su pontificado, en consonancia con su estilo y personalidad dentro de la Iglesia.

En cuanto a Benedicto XVI, cuando renunció al pontificado, no mandó destruir el anillo, sino que solo lo hizo grabar con un cincel para que ya no pudiera ser utilizado, según una práctica llamada rayado. Más concretamente fue machacado en el Vaticano.

Reseñar que el anillo del pescador lo utilizan todos los papas tras tomar posesión de su cargo y se fabrica con los restos del anillo usado por el anterior pontífice, como símbolo de continuidad. Una tradición que se remonta a 1265, cuando por primera vez su uso apareció en una carta escrita por el papa Clemente V a su sobrino. Posteriormente, también se utilizó para sellar bulas (documentos) papales y besarlo se volvió un signo de respeto al Papa.

Su destrucción es una de las ceremonias que se lleva a cabo nada más fallecer un Papa. Para evitar que el sello que lleva el anillo del pescador se pueda falsificar, se destruye inmediatamente después de confirmar su muerte.

El funeral del Papa se celebrará dentro de entre 4 y 6 días en la plaza de San Pedro.

La misa exequial se celebrará en la Plaza de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio. En la ceremonia, se evitarán títulos asociados al poder temporal, utilizando expresiones más sencillas como “Obispo de Roma” o “Pastor”.

Hoy mismo, y tras la muerte de un Papa comienza el periodo llamado de «sede vacante», en el que cesan casi todos los ‘ministros’ del Vaticano y la Iglesia está gobernada por el Colegio de los Cardenales. Se trata de un momento muy especial en el que un papel particularmente relevante lo tienen, sobre todo en la fase inicial, el cardenal vicario para la ciudad de Roma y el cardenal camarlengo. El primero es quien debe comunicar oficialmente la muerte del Papa, mientras el segundo es quien tiene que confirmar el fallecimiento y firmar su acta de defunción; después de ello le corresponde también a él sellar la habitación del difunto Pontífice. Ambas cosas han sucedido ya este lunes en que se ha anunciado el fallecimiento de Francisco.

El actual cardenal vicario para Roma es el italiano Baldassare Reina, mientras que el camarlengo es el cardenal irlandés nacionalizado estadounidense Kevin Farell. El Papa argentino lo nombró en 2019 y, en noviembre del año pasado, Francisco también modificó la Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que guía los funerales de los papas, establecido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (1996).

Con los nuevos cambios en el protocolo, vemos como ya en vida, Francisco ha dejado claro que quiere unas exequias mucho más sencillas que las que han tenido los papas anteriores. Por ello, según ha establecido, su cuerpo (después de la constatación de la muerte), se colocará inmediatamente en un único ataúd de madera con el interior de zinc y luego será llevado directamente la basílica de San Pedro. Se ha eliminado así tanto la tradición de depositar a los papas en tres ataúdes de ciprés, plomo y roble, como también el velatorio «privado» para altos cargos de la curia que anteriormente se llevaba a cabo antes de la exposición pública.

Francisco también ha pedido que, en la basílica vaticana, su cadáver sea expuesto directamente en un féretro abierto, sin el catafalco (túmulo adornado con magnificencia, el cual suele ponerse en los templos para las exequias solemnes), y que sea cerrado en la víspera de la misa exequial.

La idea es que el funeral del Papa se parezca más al de los obispos. Por ello también se ha establecido que durante los ritos se usen formas sencillas para referirse al Papa. También existe la posibilidad de que el Papa sea inhumado en un lugar distinto de la basílica vaticana, como ya adelantó hace tiempo el propio Francisco, que en 2023 manifestó su deseo de ser enterrado en la iglesia de Santa María la Mayor de Roma.

También se retiró la figura del báculo junto al féretro, y se permitió que cada papa elija su lugar de entierro. En el caso de Francisco, había expresado su deseo de descansar en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, un lugar especial para él por su devoción a la Virgen.

Francisco ha roto así otra tradición. De hecho, es desde 1903, cuando León XIII fue enterrado en la iglesia romana de San Juan de Letrán, que un Papa no es sepultado en El Vaticano.

Otra reforma clave fue la eliminación de la Cámara Apostólica, que anteriormente asistía al camarlengo en la administración temporal de la Santa Sede tras la muerte de un papa. En las ceremonias fúnebres, además, el pontífice será referido simplemente como obispo de Roma, pastor o papa, una decisión que refuerza su enfoque en la cercanía al pueblo.

Vemos por lo tanto con los cambios, que el Santo Padre, modificó el ritual en 2024 para eliminar elementos que evocaran aristocracia. En esta ocasión el protocolo del funeral del Papa Francisco será, sobrio, como el de cualquier cristiano.

La tumba está lista desde el pasado julio de 2023. Sobre la lápida habrá solo una palabra, «Francisco», y las fechas de su pontificado.

El protocolo vaticano establece dejar unos días para organizar la ceremonia fúnebre de Estado, invitar a líderes mundiales y recibir a cientos de miles de peregrinos para el funeral. La fecha exacta se decidirá mañana o pasado, durante la primera reunión plenaria de los cardenales que estén en Roma.

La ceremonia fúnebre fue revisada y aprobada por el Papa Francisco con fecha de 29 de abril de 2024. Ya en su momento, Francisco solicitó actualizar y simplificar un ritual que tenía fecha de los años setenta. Quería que fueran eliminados los elementos superficiales que distrajeran la atención de lo esencial de la misión del sucesor de Pedro.

También Francisco estableció que en las oraciones fúnebres del velatorio y de la misa se usen para referirse a él títulos más sencillos como «Papa», «Obispo de Roma» y «Pastor». Se evita, por ejemplo «Romano Pontífice» o «Sumo Pontífice». La idea es huir de todo lo que evoque aristocracia o ambiente de corte renacentista.

El cadáver llevará la sotana blanca y la mitra de obispo en la cabeza, y estará revestido con una casulla de color rojo, que es el color del luto pontificio.

El protocolo habla también de la Sede Vacante. Si bien el poder en este momento está en manos del colegio de cardenales, éstos solo pueden decidir sobre cuestiones urgentes o inaplazables, y para la preparación de todo lo necesario para la elección del nuevo Papa.

Con ello, sin bien cesan todos los altos cargos de la curia romana, hay excepciones: la del Penitencierio Mayor, que sigue todos los asuntos ordinarios, y el Lismonero del Papa, que se ocupa de las obras de caridad. Tampoco cesa el secretario de Estado. Otro cardenal que tiene importancia en este momento es el Decano del Colegio cardenalicio.

Indicar que a este protocolo, se suena el doblar de las campanas del Vaticano, doblar al que se suman otras como por ejemplo las de la Giralda en Sevilla. De hecho, hoy mismo, el Cabildo ha confirmado que tras la noticia del fallecimiento del Santo Padre hará sonar las campanas cada 30 minutos hasta las dos de la tarde.  Este tipo de toque de campanas se caracteriza por ser lento, solemne y a menudo con campanadas espaciadas. Se diferencia del «repicar», que implica un toque más alegre y festivo.

El protocolo marca que en el caso del fallecimiento de una mujer se hacían dos toques con ambas campanas a la vez, después una y otra campana seguidas, de diez a doce veces y, por último, nuevamente dos toques con las dos simultáneamente. En caso de ser un hombre los toques eran tres, que será el tañido que se escuchar por el triste fallecimiento del Santo Padre Francisco.

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